Lo que comenzó siendo un sistema de información descentralizado, terminó convertido en una red neuronal multidimensional y omnipresente, capaz de transitar, indistintamente, entre lo material y lo etéreo. Aunque para algunos, sólo se trata de tecnología a través de la cual circula conocimiento. Para otros, conscientes o no, es mucho más. Es un plano paralelo, el ciberespacio sustentado por la mente humana y su capacidad inagotable. Una conciencia-consciente en permanente interacción, rebelándose.
El conocimiento es libre. Las ideas son universales, están en el aire, fuera de nosotros, en todas partes y a disposición de todos, de quien las quiera tomar y sea capaz de materializarlas. Ningún hombre ha creado una idea. Si la ha tenido, es sólo porque esta se le ha manifestado. Las ideas son la esencia del conocimiento y aunque el hombre no tiene la capacidad de acumularlo, sí puede medirse frente a él, rankearse en cada una de sus manifestaciones a lo largo de su vida. El conocimiento es infinito, inalcanzable.
Somos anónimos. El sentido común es una línea horizontal que atraviesa el conocimiento y nos pone abajo, frente o sobre, de acuerdo a como estemos rankeados frente a él, ningún hombre llegará jamás a conocerlo todo porque las ideas son infinitas. El sentido común representa la media, donde ninguno conoce más que otro, donde no hay eruditos, ni referentes. Es el habitáculo de la memoria hereditaria, de la capacidad intrínseca que tiene cada quien de opinar acerca de cualquier cosa. Es el autolímite a la libertad de expresión.
Somos legión. Una conciencia es un grupo. Un número indeterminado y exuberante de personas.Individuos indivisibles, con intereses, gustos y preferencias particulares y comunes. Con vida propia. Por naturaleza, sociables y sociales.
No perdonamos. A quien pretende privatizar Internet, modificarla de acuerdo a sus intereses particulares-político-comerciales; a los inadaptados que al ver como se les escapa de las manos el imperio que construyeron a lo largo de varios años de trabajo offline son incapaces de reformularse; a quienes vulneran arbitrariamente la privacidad de las personas; a los inescrupulosos que venden datos personales; a quienes insisten en tratarnos como una masa inconsciente carente de individualidad.
No olvidamos. La naturaleza libre de internet; que el conocimiento compartido es nuestra conciencia; el poder que ostenta el ciudadano organizado; que debemos permanecer alertas y no permitir abusos; que a veces no tan sólo advertimos, sino también actuamos.
Esperadnos.
(Escrito originalmente para El Dínamo)